domingo, 14 de noviembre de 2010

Respiro en Nueva York

Un arcángel asciende del aljibe.
Un espacio naufraga en el tiempo.
Mi reloj navega sin manillas.
Casi un silencio de mirtos y granadas.
El duende que se filtra por Maniatan
nos sopla y escapa
por la celosía de los rascacielos.
Encuentro la mirada de todas las muchedumbres
en la larga Avenida de las Américas:
el hombre, los hombres / las mujeres, son mirada,
la televisión es mirada,
encuentro compartido,
entendimiento, cauce, plaza común
donde toda mirada es tactil
y busca al encuentro de la unidad,
busca el espectador-prójimo en su nostalgia
sus recuerdos y presentimientos eléctricos,
su oculto secreto, inaccesible, niño
a ritmo de intervalos de música infinita.

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