lunes, 20 de diciembre de 2010

Utilización del material cienmatográfico (del almacen en el primer circuito de cine escolar)



Con independencia del ensayo que voy a publicar sobre "el Estado ante el Cinema", en el que con una extensa desimantación extranjera expongo un plan general, se hace necesario apuntar la necesidad de no dejar perder esta molécula, que aunque poco sana, puede dar lugar a una primera acción; una auténtica puesta en marcha del primer circuito de cien escolar, con unas 300 películas y sin desfallecer ante las 37000 con que hoy cuenta el Museo Pedagógico de París, ni ante la incrédula pasividad ambiente de todos los despachos oficiales.
ANTECEDENTES Y CAMINOS
En el Almacén de Material escolar, existen oficialmente unos 135 aparatos de cine y unas 350 películas. De estos 135 aparatos son utilizables unos 70 y de las 350 películas útiles, son aquellos de paso de 16 mm.
Este material se está repartiendo por recomendaciones políticas, sin atender a un plan de conjunto y sin que bajo ningún concepto surta eficacia.
Oficialmente (por la Gaceta), es el Museo Pedagógico Nacional el que entre sus cometidos tiene el servicio de cinematografía escolar; aunque por razones políticas, hoy no intervenga en nada.
En el Almacén, bajo el nombre de obreros, existen personas que pueden responder de este servicio de cine, mientras la sección 5º del Consejo de Cultura y el Ministro, marcan y acuerdan la reglamentación de este nuevo e imprescindible servicio técnico.
La cantidad necesaria para gastos de circulación, instalación y accesorios, oscila alrededor de 25.000 ptas. tratándose de movilizar sólo lo existente en el primer año.
Para salvar la falta económica, con carácter transitorio y sólo mientras se reglamenta y dota en los nuevos presupuestos, puede ser encomendado en este servicio al Patronato de Misiones Pedagógicas; ya que es el único organismo del Ministerio que tiene en marcha el servicio de cinematografía y lleva ya registradas 7000 proyecciones en los pueblos.
Si ninguno de los caminos tratados anteriormente fuese bien visto, no tengo inconveniente en  exponer el capital necesario para, con la ayuda del personal del Almacén, que devenga sus jornales por aquel concepto y con la colaboración de algún otro técnico, poner en marcha el circuito y cubrir todos los gastos (conseguida previamente la franquicia de los programas) hasta pasados cinco meses, al cabo de los cuales sometiéndome al dictamen de una comisión inspeccionadora, y siendo este favorable, me fueran abandonadas las cantidades que justificara cumplidamente, comprometiéndome desde este momento a darlas por perdidas en el caso de comprobar un resultado tan siquiera dudoso.
27 de diciembre de 1934.

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